Te prometí que no me iría
“Quizá quiero a ratos
estar lejos de ti porque necesito que me eches de menos o por miedo a que me
eches de más”
En un edificio cualquiera de la Calle La Vía,
Carabanchel (Madrid), 2016
_ Si un “te quiero” se pierde en medio de una multitud de frases dichas sin sentimiento alguno, ¿tiene realmente algún valor?_
preguntó un chico a su abuelo.
_ Esa pregunta no tiene ningún sentido, hijo
mío_ ante la mirada perpleja de su nieto, el abuelo se recostó sobre la
almohada y se rió._ Pero no te preocupes. No es que no tenga sentido ni está
mal formulada. La verdadera razón por la que esa pregunta está mal dicha es
porque un”te quiero” no puede decirse en vano. Un “te quiero” es algo más que
una frase pronunciada desde unos labios enamorados. Un “te quiero” es saber que
vas a hacer todo y más por esa persona a quien va dirigido, un “te quiero” es
garantizar que vas a dedicarte en cuerpo y alma a esa persona, que la vas a
cuidar, la vas a mimar, a abrazar, a besar, a comprenderla cuando esté triste y
a reír con ella cuando esté feliz…
_ Entonces… ¿Un “te quiero” es algo así como
una promesa?
El abuelo volvió a sonreír.
_ Así es. Permíteme la indiscreción pero, ¿por
qué tanto interés?
El chico se ruborizó y apartó la mirada de la
de su abuelo. En esos días estaban ocurriendo muchas cosas en su vida. Unas
buenas y otras malas. Estaba enamorado, pero también sabía que alguien muy
cercano a él se iba a marchar con el viento y no iba a volver a visitarle ni a
acariciarle cada mañana de invierno. Estaba enfrente de él.
_ Verás… Hace poco que prometí a una persona
que jamás me apartaría de su lado. Sin embargo, tengo la sensación de que lo
estoy haciendo, y no sé si es porque realmente necesito hacerlo o porque soy
demasiado egoísta y únicamente estoy pensando en mí mismo.
El abuelo le cogió las manos con sus ya casi
inertes y arrugados dedos y las apretó fuertemente contra el corazón de su
nieto.
_ Todo lo que dices o haces tiene que salir
directamente de aquí, de tu corazón. Tienes la sensación de que estar
apartándote de una persona a la que quieres porque lo estás haciendo. Sin
embargo, tienes que concienciarte de que no lo vas a lograr porque la gravedad
que esa persona crea en ti es demasiado fuerte. No te estás yendo, simplemente
te estás distanciando pero has de prometerla nuevamente que jamás te irás,
porque no lo harás.
El chico solamente pudo derramar un par de
lágrimas. Se le había formado un nudo en la garganta y las palabras se estaban
quedando ahí ancladas, sin poder salir a la superficie. Miró los ojos color
verde de su abuelo y le besó en la frente.
_ Gracias…_ balbuceó._ Abuelo, prométeme una
cosa.
_ Tranquilo, te prometo que no me iré. Cuando
no quede nada más de mí salvo mi alma, quiero que vayas a esa persona y le
digas todo lo que tu corazón siente. Prométemelo.
_ Lo haré.
Y dicho esto, su abuelo cerró los ojos y se convirtió en eternidad. El chico salió de la casa y notó cómo el aire le acariciaba el rostro. Aquella noche, el aire olía diferente.
Y dicho esto, su abuelo cerró los ojos y se convirtió en eternidad. El chico salió de la casa y notó cómo el aire le acariciaba el rostro. Aquella noche, el aire olía diferente.
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