Illouz (¿Por qué duele el amor?)
¿Por qué duele el amor? Eva pregunta en la portada de un libro grisáceo que parece presagiar lo que esconde entre sus páginas. Atrás queda lo que sientes cuando te adentras en sus líneas. Excúlpate. No has de sentirte mal. La culpa es del constructo social. La liquidez predominante sobre lo que ha de ser un “poco a poco”. El individualismo exacerbado de querer vivir en colectivos cada vez más distanciados entre ellos. El amor es solo tuyo y solo tú eliges con quién compartirlo.
Escribo pegado a la mesa de madera vieja del escritorio que hay en mi cuarto. Me agarro la cabeza y cierro los ojos. Estoy desesperado porque soy incapaz de crear. Tengo los dedos atenazados. No puedo fluir con el latir de mi corazón. ¿Por qué duele el amor? ¿Cuándo podré publicar? Dejaré que pase el tiempo y suavizar la situación. El beso encallado en un acantilado monstruoso que ha estado ahí durante más tiempo del que he vivido. Si la vida me cruzó contigo… Que le den. Fui yo el que te elegí en el camino de baldosas amarillas.
Después de un verano intenso, prometo abrazarte y no soltarte. Lo
hice muchas noches y volveré a repetirlo. Tu cuerpo abrazando la pasión de una
mente triste que necesita suicidar su razón para redactar. Eva quiere saber,
quiere conocerte, convertir las dudas en certezas y ver nuestras lágrimas
inundadas de cerveza. Yo, con la gorra Vans y lata en mano convenciéndome de que
no te irás. Probé el puto cielo durante unos instantes con sabor a cama fría, a
botellas vacías y una resaca que no amainaba.
Marcas en el suelo testigos de una noche desenfrenada. Por la
ventana voló la sinceridad y entre lágrimas y abrazos decidimos ser uno. La
piel erizada burlándose de la amargura y la timidez. La mano en la nuca y mis
dedos rozando tu rostro plagado de historias sin contar. ¿Por qué duele el amor? Odio no ser original, pero necesito estar
triste… Lo bonito siempre empieza con dos personas ebrias, con una ración de
dolor con el que crear grandes momentos. Y ahora miro tus fotos y echo a
llorar. Había demasiado en mí que quiso salir, pero me asusta lo que pueda pasar.
Siento ser así, nunca lo elegí.
“El mejor tipo de amor es aquel
que despierta el alma y nos hace aspirar a más, nos enciende el corazón y nos
trae paz a la mente” (El Diario de Noa, 2004)
¿Por qué duele el amor? Quiero mirarte, recordar nuestro pasado,
cogerte la mano y susurrarte que todo va a ir bien. Tumbarme en el césped y
observar la puesta del sol madrileño, sin frenos ni complejidades. Cenar en un
sitio cutre, beber hasta caer rendidos e intercambiar sueños mientras dormimos.
Falsas emociones mezcladas con una confusión que lleva un tiempo erigiéndose
como algo certero frente a mí.
Perdonaste mis errores y hemos hablado de nuestras inquietudes
haciendo caso omiso al resto. Estoy asustado y sobre mí se ciernen los miedos
del pasado. Cierro los ojos y alterno el futuro incierto con el tiempo cercano,
con el sofá siendo testigo de cómo nos agarrábamos las manos. A ti, por haber
aguantado lo peor de mí.
Vuelvo sobre mis pasos y ya no quiero salir. Echo el candado al corazón y regreso a lo que prometí no volver a ser. Joder, los euros tirados a la basura, la quemazón del pecho, la locura que murmura “¿qué has hecho?”. Intensidad, eternidad, las luces encendidas y un tú y yo convertido en nosotros que, a sabiendas de que no, era un sí. Tengo miedo y ahora no sé a quién acudir. Eres mi pastilla para dormir y ahora el médico me ha interrumpido el tratamiento. Espero que no por mucho tiempo… Tengo la receta en casa y podré ir al parque a drogarme cuando quiera.
Acabo… Quizá algún día lo publique. O tal vez no. Han pasado los días y 2020 sigue ahí, atacando el centro de gravedad con insistencia y de forma virulenta. Ahora miro atrás, reflexiono y pienso en por qué me he vuelto a ver destrozado por dentro, mendigando sentimientos y hasta una dosis de dolor. Ya lo preguntó Eva Illouz… ¿Por qué duele el amor?
Comentarios
Publicar un comentario