"La libertad guiando al pueblo"

Eleva el vuelo en gran tempestad,
Me acompañan su calma y tranquilidad.
Su voz nítida al viento alza,
Y a mi memoria su recuerdo alcanza.

Entre frío, lluvia y lágrimas la busqué,
Arropado con abrigos de amor,
Envuelto en sus sábanas la esperé,
Lamentando en cada esquina mi dolor.

En el pasado fuiste alabada y deseada,
Por otras personas también esclavizada,
En yugos de censura, terror y tortura,
Decididos a sumiros en vuestra locura.

Quizá fui yo el demasiado exigente
Buscándote entre tumultos de gente,
Esperando poder oler un nuevo futuro,
Los aromas y sentimientos que derriben el muro.

Coronada fuiste en estatua de plata
Y coloreada en miles de banderas
¿en alegría? Como Beethoven y su sonata,
¿en Réquiem? Como Mozart y sus óperas.

Dejaré de verte crecer,
Me marcho a vivir,
Encerrado en mi mente
Y muerto en tu morir.

Nunca olvidaré lo que me has querido,
Te apagas y me quedo sin luz,
Te cortas y pierdo mi guía,
Mi señora, mi estrella, mi alegoría.

Al calor de una hoguera llegaste,
Tu llanto amargo apagó,
Los deseos, peticiones y desgastes
De aquéllos que lucharon por tu sol.

En el firmamento tu pócima,
En la tierra tu hechizo,
En el mar tu brujería,
Y en el corazón te quedaste a vivir.

Tras años luchada y ansiada,
Tu mensaje apareció en bandeja,
Tus palabras mi alma manejan,
Apareciste como mi gran amada.

Vistas de hierro en miradores de odio,
Cadenas de metal en filas de esclavo,
Sustituidas en canciones de ilusión,
De versos nacidos en el corazón.

Hoy la libertad se ha muerto,
Se ha muerto de pena y melancolía,
Hoy la libertad ha cerrado,
Ha cerrado por la pérdida de alegría.

Dejaré de verte crecer,
Me marcho a vivir,
Encerrado en mi mente
Y muerto en tu morir.

Nunca olvidaré lo que me has querido,
Te apagas y me quedo sin luz,
Te cortas y pierdo mi guía,
Mi señora, mi estrella, mi día a día.

Libertad ¿dónde estás?
Lloraré tu desaparición en un rincón,
Entre calles oscuras y puertas cerradas,
En miradas perdidas de amor e ilusión.

Bella mujer en espadas floreada,
Como maestro de esgrima dado a la Nada,
Rosa marchita de pétalos negros,
A tu funeral asisto y mis ideas pierdo.
Pero lucha, vence, grita y continúa,
Que en batalla perdida siempre hay ganador,
Prefiero mirar estrellas en el cielo,
No quiero intercambiar personas por dinero.

Pero llora, ríe, ama y siente,
Que las penas abandonen tu mente,
Y por siempre te acompañará la suerte,
La que luchamos, la que buscamos, la que divierte.

Por eso piensa, repara grietas en tu alma,
Vive y levanta, olvida esta estampa,
Que siempre habrá una nueva mañana,
Que te acompañe y arrope al soñar.

Dejaré de verte crecer,
Me marcho a vivir,
Encerrado en mi mente
Y vivo en tu vivir.

Nunca olvidaré lo que me has querido,
Me iluminas y recupero mi luz,
Y vuelves tan sonriente como siempre,

Mi señora, mi estrella, mi libertad.















Eugène Delacroix, "La libertad guiando al pueblo" (1830)

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