Hace frío en tu mirada

“Te miro y no veo nada”. Situaciones en las que creemos conocer a ciertas personas que, una vez estás enfrente de ellas, descubres que no sienten, que no existe en sus ojos el menor atisbo de alegría, de tristeza, de amor o de odio, que poseen una mirada que me enfría.

Creí saber cómo eras y me equivoqué, pero supongo que en el error encontramos la experiencia. Me guié por lo que era, y no fui por lo que me guié. Me enamoraste con palabras llenas de vacío que aumentaban mis ganas de estar contigo, de estar frente a ti, de sentirte… Y sin embargo fue en aquél momento cuando, iluso de mí, cuando tuve tan cerca mis labios de los tuyos, cuando se me ocurrió cruzarme con tus ojos por primera vez, no noté calor, tú no estabas allí, hacía frío en tus ojos.

Te pensé tantas veces, soñé con ese momento noches y noches sin dormir en las que lo único que me apetecía era abrazarte, era besarte, era mirarte y sin embargo, yo no puedo mirar a alguien que no es, no es posible amar a alguien al que las lágrimas le brotan por costumbre y no por sentimiento, es algo que no está en mí. Me centré en tus palabras y no en lo que había dentro de ti, no sentías lo que decías, sólo era un mero entretenimiento, como quien salpica en el agua con las puntas de los dedos para saber si sigue notando alguna sensación, no era eso lo que te pasaba a ti. Tú no te mojabas con agua, no llorabas por sentimientos, no mirabas por amor…

Y a pesar de todo me lo creí. Y ahora, después de mucho tiempo te he vuelto a mirar, y he notado que tus ojos sí desprendían cierto calor, pero lo siento, ahora quizá soy yo el que tiene frío en la mirada porque te sigo mirando, sin lograr ver nada.



Comentarios

Entradas populares