Lágrimas solares
Grandes Llanuras, Dakota del Sur (Estados Unidos), 1852 A pesar de contar con el factor sorpresa, la batalla había sido toda una matanza. Los guerreros sioux liderados por Daemyn habían sido incapaces de hacer frente a la superioridad armamentística de sus rivales. El general John Abbott había dirigido con enorme crueldad los movimientos de sus tropas y, movido por una especie de particular venganza, juraba en cada proclama acabar con los nativos a golpe de espada y tiros de escopeta. Daemyn, incrédulo ante semejante barbarie, ordenó retirar a los suyos, aunque las balas de los rivales los alcanzaron fácilmente. Paseaba, taciturno, entre los campos dorados manchados con la sangre de sus amigos y familiares. Se sentía enormemente culpable al saber que, una vez de vuelta al campamento, serían muchas las madres que no volverían a abrazar a sus hijos y que solamente el consuelo de verlos volar hacia la eternidad les dejaría descansar esa noche. Daemyn sentía que, cada vez que la ...